El Presidente fue el encargado de difundir el convenio tras una reunión con representantes de los supermercados; agradeció a los empresarios la rebaja de un 5%; no se difundió un listado de los artículos incluidos
En una semana en la que el valor del tomate tomó un fuerte protagonismo y a 18 días de las elecciones nacionales, el presidente Néstor Kirchner fue el encargado de anunciar un nuevo, pero limitado, acuerdo con las principales cadenas de supermercados para frenar la suba en los precios de los alimentos de consumo masivo. En una inusual medida, no es frecuente que Kirchner sea el encargado de difundir la firma de convenios de precios, el Presidente agradeció a los empresarios por el "gesto", que denominó "símbólico", de rebajar un 5% el valor de algunos productos de la canasta básica. "Quiero agradecer la decisión de bajar los precios como un gesto que tiene valor de bolsillo pero también el valor conciencia, de cuidar este proceso que ha permitido que en la Argentina baje la pobreza" y también "la indigencia" y "la desocupación". La decisión de que Kirchner se enfrentara al problema de la inflación, con dos discursos en menos de cinco minutos, se enmarca en las declaraciones que hizo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, semanas atrás en las que negó la existencia de "subas de precios generalizadas". La polémica que despertaron estos dichos, sumado al escándalo con el índice inflacionario de la provincia de Mendoza y las declaraciones del titular del Banco Central desde Londres, obligaron a Kirchner y al ministro del Interior, Aníbal Fernández, a admitir la existencia de la inflación -"en el presupuesto"- pero a atribuirla al crecimiento de la economía. El Presidente criticó además a los candidatos de la oposición que aparecen con "un tomate y dos papas en la mano", y agradeció a los argentinos y las asociaciones de consumidores en una semana en la que el kilo de tomate llegó a valer $17, y sólo bajó tras un boicot de compra. "Debemos combinar una fuerte política de exportaciones con un fuerte consumo interno", dijo el Presidente, que insistió en que "no les compren a los que quieren tener rentabilidad generando problemas para todos los argentinos". Además, ratificó que debe haber un seguimiento de los precios", negó que fuera "control" y pidió a los empresarios que "no permitan que proveedores vendan a cualquier precio". El acuerdo. Los retails se comprometieron a una rebaja del 5% en los precios de algunos productos, principalmente los de la canasta básica hasta el 10 de diciembre, último día de mandato de Kirchner. Asistieron a la audiencia en la Casa Rosada los titulares de Coto, Alfredo Coto; de Cencosud, Horst Paulmann; de Toledo, Juan Antonio Toledo; y de Leader Price, Jean Brindeau; además los directivos Iván Cobo (Jumbo), Hernán Carboni (Wall Mart), Diego Arluna (Best) y el director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos, Juan Carlos Vasco Martínez. No se informó el listado de la mercadería que tendrá la rebaja ni se explicó si los industriales de la alimentación, que estuvieron ausentes, adherirán a la medida, aunque el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dijo en su discurso que "los proveedores también van a ofrecer promoción y oferta de sus productos" a las cadenas comerciales. En el Gobierno anticiparon que, tras el compromiso de los supermercados, buscarán que la rebaja también se replique a nivel mayorista, de manera que la reducción en los precios también pueda llegar a los consumidores a través de los autoservicios. La voz oficial. En respaldo del acuerdo, el jefe de Gabinete ratificó hoy la política de precios sobre la base de convenios con empresas productoras y comercializadoras. "Hay que trabajar como trabajamos antes con las grandes cadenas de comercialización para evitar distorsiones en los precios, y está trabajando el secretario de Comercio [Guillermo Moreno]", dijo el funcionario. "Básicamente, la idea es que podamos seguir trabajando juntos para que no haya precios que se disparen sin razón", remarcó. Asimismo, Fernández negó que el Gobierno "presione" a los empresarios para que rebajen el valor de los alimentos, y aseguró que el sector "ha acompañado durante mucho tiempo la política de precios" oficial.
En una semana en la que el valor del tomate tomó un fuerte protagonismo y a 18 días de las elecciones nacionales, el presidente Néstor Kirchner fue el encargado de anunciar un nuevo, pero limitado, acuerdo con las principales cadenas de supermercados para frenar la suba en los precios de los alimentos de consumo masivo. En una inusual medida, no es frecuente que Kirchner sea el encargado de difundir la firma de convenios de precios, el Presidente agradeció a los empresarios por el "gesto", que denominó "símbólico", de rebajar un 5% el valor de algunos productos de la canasta básica. "Quiero agradecer la decisión de bajar los precios como un gesto que tiene valor de bolsillo pero también el valor conciencia, de cuidar este proceso que ha permitido que en la Argentina baje la pobreza" y también "la indigencia" y "la desocupación". La decisión de que Kirchner se enfrentara al problema de la inflación, con dos discursos en menos de cinco minutos, se enmarca en las declaraciones que hizo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, semanas atrás en las que negó la existencia de "subas de precios generalizadas". La polémica que despertaron estos dichos, sumado al escándalo con el índice inflacionario de la provincia de Mendoza y las declaraciones del titular del Banco Central desde Londres, obligaron a Kirchner y al ministro del Interior, Aníbal Fernández, a admitir la existencia de la inflación -"en el presupuesto"- pero a atribuirla al crecimiento de la economía. El Presidente criticó además a los candidatos de la oposición que aparecen con "un tomate y dos papas en la mano", y agradeció a los argentinos y las asociaciones de consumidores en una semana en la que el kilo de tomate llegó a valer $17, y sólo bajó tras un boicot de compra. "Debemos combinar una fuerte política de exportaciones con un fuerte consumo interno", dijo el Presidente, que insistió en que "no les compren a los que quieren tener rentabilidad generando problemas para todos los argentinos". Además, ratificó que debe haber un seguimiento de los precios", negó que fuera "control" y pidió a los empresarios que "no permitan que proveedores vendan a cualquier precio". El acuerdo. Los retails se comprometieron a una rebaja del 5% en los precios de algunos productos, principalmente los de la canasta básica hasta el 10 de diciembre, último día de mandato de Kirchner. Asistieron a la audiencia en la Casa Rosada los titulares de Coto, Alfredo Coto; de Cencosud, Horst Paulmann; de Toledo, Juan Antonio Toledo; y de Leader Price, Jean Brindeau; además los directivos Iván Cobo (Jumbo), Hernán Carboni (Wall Mart), Diego Arluna (Best) y el director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos, Juan Carlos Vasco Martínez. No se informó el listado de la mercadería que tendrá la rebaja ni se explicó si los industriales de la alimentación, que estuvieron ausentes, adherirán a la medida, aunque el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dijo en su discurso que "los proveedores también van a ofrecer promoción y oferta de sus productos" a las cadenas comerciales. En el Gobierno anticiparon que, tras el compromiso de los supermercados, buscarán que la rebaja también se replique a nivel mayorista, de manera que la reducción en los precios también pueda llegar a los consumidores a través de los autoservicios. La voz oficial. En respaldo del acuerdo, el jefe de Gabinete ratificó hoy la política de precios sobre la base de convenios con empresas productoras y comercializadoras. "Hay que trabajar como trabajamos antes con las grandes cadenas de comercialización para evitar distorsiones en los precios, y está trabajando el secretario de Comercio [Guillermo Moreno]", dijo el funcionario. "Básicamente, la idea es que podamos seguir trabajando juntos para que no haya precios que se disparen sin razón", remarcó. Asimismo, Fernández negó que el Gobierno "presione" a los empresarios para que rebajen el valor de los alimentos, y aseguró que el sector "ha acompañado durante mucho tiempo la política de precios" oficial.
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